Ya hace algún tiempo que quería escribir este post porque fuera del gremio, me he dado cuenta que se tiene una visión poco realista de la figura del interiorista.
Así que he decido sentarme ante mi teclado sin más motivación que explicar en qué consiste nuestro trabajo.
De forma que, si después de leer este artículo no te ha quedado nada claro para qué debes llamar a un interiorista, te animo a que me mandes un correo y te reservo un momento de mi tiempo para hablar cara a cara del tema.
Y como te decía, esta confusión es tan común y me toca tan de cerca que quería esclarecer esta duda.
Ante todo, quiero dejar claro que respeto muchísimo a mis compañeros de gremio, y todo lo que escribo lo hago desde el amor y la sinceridad.
¿A quién llamo si quiero hacer una reforma?
La gran duda. Quieres reformar tu casa y no sabes a quién acudir. Pues a un especialista, ¿verdad?
Es como cuando tienes un dolor de muelas y vas al dentista o manchas en la piel y acudes al dermatólogo. Pues para una reforma lo mismo.

¿Y quién es ese especialista que estudia una carrera 100% enfocada a mejorar los interiores? Pues el interiorista. Una servidora, vaya.
Un interiorista, que no un decorador porque eso es otra cosa de la que luego hablaremos.
Comencemos por el principio. Nosotras las interioristas trabajamos el interior de una vivienda y somos especialistas en ello.
Cuando un arquitecto diseña un edificio de viviendas, proyecta distribuciones genéricas en base a necesidades genéricas (su cliente es el promotor y no quien habita la casa). Es decir, no están adaptadas al cliente final.
Nosotras estudiamos la ergonomía y el espacio, observamos, escuchamos al cliente y vemos cómo podemos mejorar su día a día.
Tras el parón de la construcción en 2008, otros profesionales comenzaron a dedicarse al interiorismo, quedando relegada la figura original.
La visión que tenemos los unos y los otros, se centra en diferentes cuestiones, aunque el fin sea reformar o crear un interior.
Por ello para una obra nueva, el tándem perfecto es el trabajo codo con codo entre arquitectos e interioristas. Para que la visión del exterior y el interior sea una misma pieza que encaje a la perfección.
Para que un proyecto sea perfecto, se requiere de un factor psicológico muy importante.
¿Y yo cómo lo hago?
Priorizando a la persona en el proceso del diseño y utilizando materiales y elementos que produzcan bienestar al subconsciente.
Ya en la primera reunión con el cliente estamos atentas a cada palabra, de entender el mundo, su día a día… un largo etc.
Todos esos factores que, a priori podrían considerarse no relevantes, para nosotras sí que lo son. Muchas veces estamos tan atentos en decir lo que nos gusta y lo que no, que se nos olvidan pequeños detalles que hacen que nuestro trabajo sea impecable.
Por eso debemos escuchar mucho al cliente. Y después de escuchar investigar, porque créeme cuando te digo que, cada proyecto es diferente al anterior.
Una vez que tenemos resuelto el diseño, el siguiente paso es darle vida.
Acompañamos al cliente para que vea de primera mano los materiales y el mobiliario. Que los toque, que nos cuente que siente, que le trasmite… somos unos amplificadores de sus deseos, pese a que ellos mismos no lo sepan expresar con palabras. Para eso estamos nosotras.

Incluso si es necesario te diseñamos muebles a medida. De hecho, a mí me gusta realizar algo especial para que cada cliente sepa que tienen algo único y exclusivo que he diseñado pensando en ellos.
FASE 2
Y la figura del interiorista se puede quedar aquí, en el diseño, la realización de una nueva distribución, la elección de todos materiales y está. Se le entregan los planos de distribución, de fontanería, saneamiento, iluminación, ventilación… a la empresa constructora y el cliente ya se encargará de lidiar con ellos.
Pero, ¿merece la pena que por ahorrarte un dinero te tengas que encargar tú de la obra?
Estoy de acuerdo contigo, sería una locura.
Así que, ya que has confiado en nosotras para realizar tu diseño, que conocemos mejor que nadie lo que tú necesitas, y que hablamos el mismo idioma que los jefes de obra. ¿No será mejor que nos encarguemos nosotras de que todo se haga según lo planeado?
Nada de sorpresas de última hora. No permitas que se tome una decisión errónea porque tu estés ocupado trabajando y no hayas podido coger el teléfono.
Y que si alguien tiene que improvisar y tomar decisiones al momento, que sea la persona que ha diseñado todo tu proyecto. No ¿crees?
Y esto en el caso de una reforma de una vivienda, porque si hablamos de una empresa, un restaurante o el diseño de un hotel, son más factores los que debemos de tener en cuenta.
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¿Qué diferencia hay entre un interiorista y un decorador?
Los interioristas realizamos reformas y pensamos en todo, en cómo vas a vivir tú el espacio.
Por ello, cuando cogemos el proyecto desde un inicio vamos adaptando el mobiliario incluso al resultado final que queremos obtener. Nada es aleatorio, te lo puedo asegurar.
Por eso también tenemos una parte en la que decoramos como resultado final. Pero nuestro trabajo se puede quedar solo en el diseño de espacios y materiales, y que los propietarios decidan colocar sus propios muebles o encargarse ellos de esa parte.
El decorador decora. Si, ya sé que suena obvio, pero es que no modifica la distribución de una vivienda, sino que se adapta al espacio que ya le viene dado. Básicamente añade muebles y complementos.
CREENCIAS ERRÓNEAS SOBRE EL INTERIORISMO
“UN INTERIORISTA ES PARA RICOS”
Totalmente incorrecto. Trabajamos de muchas formas, nuestras tarifas se basan en la complejidad de la obra y los presupuestos. No es lo mismo una vivienda de 90m2 que una de 400 m2.
Un buen interiorista no es caro, hace que se cumplan los tiempos, se enfoca en cumplir con lo pactado, nos aseguramos que los materiales que se utilizan son los que hemos acordado con el cliente. Resolvemos los problemas que surgen en el día a día de una obra.
Nosotras somos la garantía de que tu proyecto se lleve a cabo.
“MEJOR LLAMO A UN ARQUITECTO PARA UNA REFORMA QUE SABE MAS”
Los interioristas somos los especialistas en interiores, es en lo que se basan nuestros estudios. Tenemos que saber de instalaciones (electricidad, fontanería, iluminación…), materiales constructivos, diseño…
“NO ME PUEDO PERMITIR CONTRATAR A UN INTERIORISTA”
No tenemos un precio fijo, hablamos de necesidades y buscamos ajustar la mejor oferta en base a ellas desde el primer momento.
En Andrea Cabrero Studio hablamos continuamente con nuestro cliente ofreciendo la mayor transparencia. A nosotras tampoco nos gustan las sorpresas cuando hablamos de trabajo.
Además, como profesionales del diseño, conocemos el Mercado y podemos conseguir la mejor opción calidad/precio tanto en materiales para la obra como en todo el mobiliario para completar la reforma. Conocemos y trabajamos con fabricantes que muchas veces no trabajan directamente con el cliente final para conseguir la mejor opción.

Te ofrecemos soluciones adaptadas a tus necesidades para lograr el mejor resultado en el menor tiempo posible y evitar quebraderos de cabeza a nuestros clientes. Nuestros clientes están encantados de contratarnos y nosotros de hacer más sencillo y eficiente todo el proceso de adaptar un espacio neutro a tus necesidades concretas.
Y esto es, en resumen, cómo explicaría yo que, si tienes una reforma, la mejor decisión es llamar a un interiorista.
Si te interesa saber más sobre este tema o si quieres realizar una reforma en tu hotel y tienes dudas, puedes ponerte en contacto conmigo aquí.